Los incendios que azotan el condado de Los Ángeles han cobrado la vida de al menos 10 personas y destruido más de 10.000 estructuras, mientras los equipos de bomberos luchan contra las llamas avivadas por fuertes vientos. Según Kristin Krowley, jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, los bomberos están exhaustos, pero continúan trabajando sin descanso para contener los siniestros.
El foco principal del incendio, en Palisades, ha arrasado más de 8.084 hectáreas y 5.000 viviendas, logrando un avance mínimo de contención del 6%. Además, otros incendios como el de Eaton, en Altadena, han dejado cinco muertos y miles de hectáreas destruidas.
Un nuevo incendio conocido como Kenneth, iniciado cerca de la frontera con el condado de Ventura, ha obligado a emitir órdenes de evacuación obligatorias, ya que ha consumido 388 hectáreas en pocas horas. Este siniestro está siendo investigado como un caso de incendio provocado, con una persona detenida hasta el momento.
El condado también enfrenta saqueos en las viviendas evacuadas, con al menos 20 personas arrestadas. En respuesta, se implementará un toque de queda desde las 18:00 hasta las 6:00 horas locales, además del despliegue de 400 efectivos de la Guardia Nacional de California para proteger las zonas afectadas.
La alcaldesa Karen Bass anunció una política de tolerancia cero hacia los saqueos, mientras que el gobierno federal se comprometió a cubrir los costos del combate contra los incendios, aliviando la carga económica del estado. A pesar de los avances en la contención del incendio Sunset, la situación general continúa siendo crítica en la región.