Las personas en situación de calle se han vuelto una presencia insoslayable en todo el país. No sólo por lo visible de los rucos, que están en todas las ciudades, sino porque la prensa informa de ingresos irregulares masivos de migrantes por las vastas fronteras del Norte Grande.
Hoy, migración y personas en calle es una relación que se da no sólo en Chile, sino en todo el mundo. Recientemente, las agencias de noticias divulgaron que en Estados Unidos el fenómeno de los homeless, como los llaman allá, se incrementaron en un 18.1% entre 2023 y 2024.
¿Las razones de este enorme crecimiento?
Sobre todo, la falta de viviendas asequibles. Y el aumento del costo de la vivienda, por catástrofes naturales devastadoras, y una oleada masiva de inmigrantes en varias partes del país y del mundo.
En ese contexto que nos abruma y llena de preocupación, nosotros, como Hogar de Cristo, en la región de Atacama, nos sentimos desafiados. Absolutamente motivados a fortalecer los avances y el aumento de programas para personas de calle en la comuna de Vallenar –y también en Copiapó– que conseguimos, no sin esfuerzo, durante 2024.
Hoy contamos con cinco dispositivos de personas en situación de calle: dos hospederías, dos programas de acogida y una ruta social, mediante los cuales atendemos a 140 personas.
Existen además tres programas con convenio con la Secretaría Regional Ministerial de Desarrollo Social de Atacama.
Esto son los números, pero lo más relevante es lo cualitativo.
Muchas de esas 140 personas han logrado importantes avances personales a través de planes de planes de acompañamiento individualizado. Hablo de logros notables, como: acceder al subsidio de arriendo para la vivienda, terminar la enseñanza media o la básica, conseguir empleo, capacitarse en oficios…
En el plano educacional, es emocionante que uno de nuestros participantes lograra entrar a la Universidad. Y un éxito que conmueve por sobre todos los demás son los muchos casos en que se logra el acercamiento y la re vinculación con hijos, padres, abuelos, a los que la calle –con su cuota de pérdida, fracturas, consumo, profundos dramas humanos–, había distanciado.
Al inicio de este, año en la comuna de Vallenar solo teníamos un dispositivo para personas en situación de calle. Este 2025 partimos con tres operando y centrados en entregar acompañamiento y apoyo a quienes encarnan la experiencia más dura de la pobreza –la vida en calle– para mejorar sus niveles de inclusión social.
Una clave de estos logros es el trabajo coordinado de todos: Estado, sociedad civil organizada, empresa privada, academia… Ese trabajo en red –empujado por el aporte y el compromiso del Estado– permite fortalecer la posibilidad de llegar a más personas con recursos que son necesarios para el trabajo de intervención psicosocial. Nadie se salva solo, menos quienes viven en la precariedad de la calle.