El gobierno de Venezuela liberó este viernes a seis ciudadanos estadounidenses que estaban detenidos en su territorio, quienes regresaron a Estados Unidos junto con el enviado especial del expresidente Donald Trump, Richard Grenell. La misión del representante estadounidense incluyó negociaciones con Nicolás Maduro para obtener la liberación de los detenidos y abordar temas migratorios.
Grenell compartió en redes sociales una fotografía junto a los liberados dentro de un avión y mencionó que habían hablado con Trump para agradecerle por su gestión. Sin embargo, Washington reiteró su desconocimiento del gobierno de Maduro y aclaró que la visita del enviado fue exclusivamente para tratar la situación de los ciudadanos estadounidenses encarcelados y la aceptación de vuelos de deportación por parte de Venezuela.
Tras la reunión en el Palacio de Miraflores, el gobierno venezolano expresó su disposición a restablecer canales diplomáticos con Estados Unidos y propuso una «agenda cero» para un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales, suspendidas desde 2019. No obstante, Trump aseguró que, de regresar a la Casa Blanca, no permitirá la compra de petróleo venezolano, marcando un contraste con la política de su antecesor Joe Biden, quien alivió las sanciones a Caracas.