
La Unión Europea, Gran Bretaña y países en desarrollo vulnerables al cambio climático han expresado su preocupación por los retrasos en la próxima evaluación global sobre el cambio climático, que será realizada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, luego de que el Gobierno de Estados Unidos se retirara del proceso.
El IPCC, un organismo que reúne a científicos de casi 200 países para evaluar el estado del clima global, se reunirá la próxima semana en Hangzhou, China, para planificar el Séptimo Informe de Evaluación, previsto para el próximo año. En una declaración conjunta, el responsable de Clima de la UE, Wopke Hoekstra, junto con ministros de 17 países, incluidos Gran Bretaña, Alemania, Francia, España, las Islas Marshall y Guatemala, hicieron hincapié en la importancia de preparar a tiempo las contribuciones de los grupos de trabajo al informe. “Le debemos a todos los que sufren los impactos de la crisis climática ahora, y a las generaciones futuras, tomar decisiones sobre el futuro de nuestro planeta sobre la base de la mejor evidencia y conocimiento disponible para nosotros”, expresó el comunicado.
La preocupación surge tras la decisión del presidente Donald Trump de retirar la participación de científicos estadounidenses en el IPCC, lo que también implica que EE.UU. no asistirá a la reunión en Hangzhou. Los funcionarios involucrados en las negociaciones señalaron que el retraso en la elaboración del informe podría afectar el «balance» del Acuerdo de París de 2028, cuando casi 200 países revisarán su progreso hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y establecerán medidas más estrictas.
El mes pasado, Trump también ordenó la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, retrocediendo respecto a las políticas climáticas más ambiciosas de su predecesor, Joe Biden.
Por su parte, los Países Menos Adelantados, un grupo de 45 de las naciones más vulnerables al cambio climático, publicaron un segundo comunicado en el que afirmaron que no existe excusa para los retrasos en el proceso. “Cualquier marcha atrás en este proceso se verá como lo que es: politización de la ciencia a expensas de los países vulnerables”, advirtieron.