En Chile se logra el mapa infrarrojo más grande de nuestra galaxia

Implicó más de 13 años de observaciones durante 420 noches, donde se obtuvieron alrededor de 200 mil imágenes, monitoreando más de 1.500 millones de objetos y generando unos 500 TB de datos científicos. Los proyectos a cargo fueron dirigidos por el Investigador Principal del CATA, Dante Minniti.

Al momento de realizar investigaciones astronómicas específicas, los científicos también requieren tener bases a las que recurrir y, a partir de de ellas, ampliar sus estudios.

De ahí la importancia de los mega proyectos “Variables VISTA en la Vía Láctea” (VVV) y su complemento VVV eXtendido (VVVX), que después de 13 años de observación de las regiones centrales de nuestra galaxia completó el mapa infrarrojo más grande de la Vía Láctea.

Estos resultados fueron destacados en un paper en la prestigiosa revista europea Astronomy & Astrophysics.

“Al principio fue una aventura embarcarse en este gran experimento que supuso una tarea gigantesca, siendo entonces el proyecto observacional más grande en volumen de datos del Observatorio Europeo Austral (ESO), encargado de realizar el trabajo con el telescopio VISTA, situado en el Observatorio ESO Paranal en el Norte Grande de Chile”, explica Dante Minniti, Investigador Principal del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) y astrónomo de la Universidad Andrés Bello (UNAB), quien encabezó estas investigaciones.

Estas iniciativas se activaron en el 2005 y, luego de generar las condiciones y protocolos adecuados, las observaciones comenzaron en 2010 para finalizar en el primer semestre de 2023. Lograron, en un total de 420 noches, cerca de 200 mil imágenes, monitoreando más de 1.500 millones de objetos y generando unos 500 TB de datos científicos, cuyo análisis fue realizado por 146 científicos, de 15 países diferentes, en cuatro continentes.

“Nuestro survey es revolucionario, porque utiliza un telescopio infrarrojo (IR) y, por lo tanto, es muy complementario con las observaciones de otros telescopios ópticos.

En particular, en el IR se pueden penetrar las densas nubes de polvo y gas en el plano galáctico, permitiendo ver que hay detrás. Es como tener una cámara que puede ver sin problemas a través de la niebla. Esta base de datos gigantesca abre un abanico de posibilidades de investigaciones futuras, tanto del sistema solar, exoplanetas, estrellas y cúmulos de nuestra galaxia, y también galaxias y cuásares mucho más distantes.”, agrega Dante Minniti.

Este es un catálogo público de la ESO, cuyos datos pueden ser utilizados libremente por toda la comunidad astronómica para realizar distintos tipos de investigaciones. Y ya, durante el procesamiento de datos, ha generado innumerables aplicaciones en el estudio de la estructura galáctica, poblaciones estelares, estrellas variables, cúmulos estelares y mucho más.

El equipo que participó fue pionero en desarrollar distintos temas que ahora están en boga como big data, machine learning, neural networks, automatic classifiers, inteligencia artificial, etc.

Entre los participantes en la investigación también estuvieron los investigadores adscritos al CATA Claudio Cáceres, Bruno Dias y Daniela Rojas, quienes, además, trabajan en la UNAB.

En este proceso de investigación de los VVV y VVVX el CATA cumplió un rol muy relevante según el Investigador Principal del Centro Dante Minniti.

“Ha sido instrumental desde el comienzo, contamos con el apoyo para nuestros estudiantes, postdocs y profesores, y para difundir nuestro trabajo en el mundo. Hay contadas áreas donde podemos ser líderes, y haber completado este megaproyecto demuestra que ésta es una de ellas. Además, el CATA se beneficia, porque tenemos estos datos de primera mano, como prioridad para extender las observaciones, temas importantes de tesis para estudiantes y, por supuesto, poder hacer más descubrimientos”.

Desde ya produjeron más de 300 publicaciones científicas y también 30 tesis de doctorado en Sudamérica y Europa. El procesamiento de imágenes, el análisis de datos y la exploración científica continuarán durante muchos años más, con innumerables descubrimientos por venir. Este trabajo deja un legado perdurable para la comunidad astronómica, que seguirá utilizando esta información en diversos proyectos. Muchos de estos estudios serán complementados para una mejor comprensión con observaciones futuras usando el Telescopio Espacial Nancy Roman de la NASA, que será lanzado a finales de 2026.

 

 

 

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