Los accidentes de tránsito causados por conductores imprudentes que dañan la infraestructura eléctrica continúan afectando gravemente la calidad y continuidad del suministro eléctrico para los clientes de CGE. Al cierre del tercer trimestre de 2024, se han registrado 2.615 postes chocados en la zona de concesión de CGE, lo que ha afectado a más de 1.7 millones de clientes desde Arica y Parinacota hasta La Araucanía.
Con un promedio de 10 accidentes diarios entre enero y septiembre de este año, las interrupciones de suministro han alcanzado niveles alarmantes. Estos incidentes han causado daños significativos en postes de baja y media tensión, transformadores y cables, generando prolongadas interrupciones en el suministro eléctrico. Francisco Jaramillo, subdirector de operaciones de CGE, señaló la preocupación de la compañía ante el aumento de estos accidentes: “Nuestro llamado es a la conducción segura y a la defensiva para evitar daños a la infraestructura y proteger la vida de las personas”.
En 2022 y 2023, CGE registró más de 6.600 postes chocados. Aunque la empresa cuenta con los recursos técnicos y humanos para responder a estos eventos, cada reconstrucción de infraestructura toma entre seis y ocho horas. Esto impacta directamente en la duración de las interrupciones de servicio para los clientes, afectando sus actividades cotidianas y productivas.
Panorama regional y comunas más afectadas
En Atacama, 108 postes fueron impactados, afectando a 65,082 clientes, principalmente en Copiapó con 65 accidentes.
A nivel nacional, la región Metropolitana lidera en interrupciones, con 343,546 clientes afectados en comunas como Puente Alto, El Bosque, La Pintana, y San Bernardo. La región de O’Higgins le sigue con 285,766 clientes afectados, seguida de Maule (200,057), Biobío (193,443), Antofagasta (192,442) y Coquimbo (162,396).
Las comunas con mayor cantidad de accidentes durante los primeros nueve meses de 2024 incluyen Antofagasta (157), San Bernardo (142), Calama (127), Rancagua (112) y San Vicente (108).
Francisco Jaramillo destacó el impacto de estos accidentes no solo en el servicio eléctrico, sino también en las actividades comerciales, los centros de salud, y el ámbito educativo, donde la energía eléctrica es esencial para el desarrollo normal de las labores cotidianas.