El domingo se convirtió en una de las jornadas más violentas en la Franja de Gaza en el último mes, con 111 palestinos muertos, según informó la agencia local Wafa. La mayor parte de las víctimas se registraron en Beit Lahia, al norte del enclave, donde un bombardeo israelí dejó 72 fallecidos tras atacar varios edificios en esta región asediada desde hace seis semanas.
Beit Lahia ha sido epicentro de algunos de los ataques más mortíferos de la ofensiva israelí, incluidos bombardeos en octubre que causaron la muerte de decenas de personas. En total, más de 2.000 víctimas mortales han sido reportadas en esta zona durante el cerco militar que ha deteriorado drásticamente las condiciones de vida, limitando el acceso a alimentos, agua y medicinas.
La situación es crítica en los hospitales del norte, como el Kamal Adwan, el Al Awda y el Indonesio, que han sido asediados y bombardeados, obligando al cierre parcial de sus servicios. Mohammed Salha, director del hospital Al Awda, denunció que llevan 40 días sin recibir combustible para los generadores, dejando a los pacientes sin electricidad durante la mayor parte del día.
En el sur de Gaza, donde Israel había establecido una «zona segura» para desplazados, los ataques también continúan. Un reciente bombardeo mató a una familia, dejando a una niña gravemente herida, en un área destinada a albergar al 90% de los 2 millones de desplazados internos en Gaza.
Desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, tras los ataques de Hamás que dejaron 1.200 muertos en Israel, más de 43.800 palestinos han fallecido y más de 103.700 han resultado heridos en la Franja de Gaza. La situación humanitaria sigue agravándose, con constantes ataques incluso en áreas designadas como «seguras».