El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, anunció este martes la implementación de la ley marcial, una medida extrema destinada a “erradicar fuerzas afines a Corea del Norte” y garantizar “la libertad y felicidad” de los ciudadanos. En un discurso televisado, Yoon acusó al principal bloque opositor, el Partido Democrático (PD), de actividades “anti-estatales” y de planificar una rebelión.
La declaración de ley marcial, que busca proteger el «orden constitucional», se produce en un contexto de fuertes tensiones políticas tras la aprobación, por parte del PD, de presupuestos generales para 2025 con recortes significativos y mociones para destituir a altos funcionarios cercanos al gobierno. Estas decisiones fueron tomadas sin el apoyo del gobernante Partido del Poder Popular.
El jefe del Estado Mayor Conjunto, Park An-su, ha asumido como comandante bajo la ley marcial y ha ordenado la suspensión de las actividades del Parlamento y de los partidos políticos. Mientras tanto, el ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, ha convocado una reunión urgente con los principales mandos militares y ha intensificado las medidas de vigilancia.
Las imágenes transmitidas por los medios locales han mostrado un fuerte despliegue de policías bloqueando el acceso a la Asamblea Nacional, marcando un momento crítico en la historia reciente del país. La medida ha generado preocupación tanto a nivel interno como en la comunidad internacional, que observa de cerca los acontecimientos en Corea del Sur.