Campaña 2017: “Las primarias” Por Álvaro Iriarte Director de Investigación Instituto Res Publica

El próximo domingo 2 de julio se llevarán a cabo las elecciones primarias para elegir a los abanderados presidenciales de Chile Vamos y del Frente Amplio. Estos conglomerados decidieron resolver por medio de este mecanismo democrático quién será el candidato único que competirá por su coalición en noviembre próximo. El oficialismo prefirió desarrollar su proceso de otra manera, llevando más de un candidato a primera vuelta.

La campaña, y especialmente la franja televisiva, han permitido a los votantes ver el profundo contraste de proyectos entre las dos opciones que decidieron ir a primarias. En el plano de las ideas, las diferencias son evidentes. De un lado, Chile Vamos con una visión que busca desterrar la lógica de la retroexcavadora, quiere dejar de sostener las políticas públicas sobre la ideología, plantea un equilibrio entre derechos y deberes, donde la economía y la realidad son consideradas a la hora de diseñar respuestas, que rehúye de la odiosidad y sobre todo del populismo. Del otro, Frente Amplio, una mezcla de estatismo casi religioso, socialismo del siglo XXI y populismo, que busca radicalizar aún más los efectos de las reformas del gobierno de la presidenta Bachelet, alzándose como los herederos de las ideas socialistas que fracasaron tras la caída del comunismo soviético.

Por razones distintas, estos dos conglomerados decidieron presentar candidatos a primarias. Chile Vamos en un intento de evitar el histórico mal que aqueja a la centroderecha chilena: el caudillismo y la lucha de egos; buscando proyectar unidad y orden interno. Frente Amplio aprovechando la oportunidad para aumentar su nivel de conocimiento y a la vez, desacreditar al oficialismo como inconsecuente, insuficientemente revolucionario y no fiel a las ideas del socialismo. Pero en ambos casos y a pesar de las diferencias, el rol central que juega la primaria es motivar a las bases de cada alianza, una suerte de inyección de energía para preparar la elección de noviembre. Además, los candidatos al congreso, aunque no participen en una primaria, pueden aprovechar la instancia para desplegar sus equipos antes que aquellos candidatos y conglomerados que no participarán de primarias, como el bloque oficialista.

La ley de primarias sin lugar a dudas puede ser perfeccionada, como toda creación humana. Pero más allá de las críticas parece ser un buen mecanismo para elegir candidatos de cara a la ciudadanía.

 

Por:  Álvaro Iriarte Director de Investigación Instituto Res Publica

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