La detención del cabo primero Nahuel Agustín Gallo, de la Gendarmería Nacional Argentina, por parte de las fuerzas de seguridad venezolanas, ha generado una nueva controversia entre Argentina y Venezuela. Gallo, oriundo de Catamarca y asignado al escuadrón 27 de Uspallata en Mendoza, se encontraba de vacaciones y pretendía visitar a su pareja, María Gómez, en Caracas, junto a su hijo de dos años.
El suboficial fue aprehendido al cruzar por migraciones en Venezuela mientras viajaba desde Colombia hacia San Antonio del Táchira. Según su pareja, tras una revisión de su teléfono móvil, las autoridades venezolanas encontraron mensajes críticos hacia el gobierno de Nicolás Maduro, lo que habría motivado su detención. Posteriormente, Gallo fue trasladado a Caracas por la Dirección General de Contrainteligencia Militar.
El caso trascendió el viernes pasado, generando una respuesta contundente del gobierno argentino encabezado por Javier Milei. A través de un comunicado conjunto entre la Cancillería y el Ministerio de Seguridad, se exigió la liberación inmediata de Gallo, calificando su detención como «arbitraria e injustificada».
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, expresó su rechazo a la acción en redes sociales, afirmando que cada minuto de retención del gendarme es un agravante para el régimen de Maduro. Este episodio se suma a las tensiones diplomáticas existentes entre ambos países, marcando un nuevo punto de fricción en la relación bilateral.