Taiwán inició tres días de ejercicios militares en un contexto marcado por el aumento de tensiones con China y las preocupaciones sobre posibles recortes en el presupuesto de defensa debido a disputas políticas internas entre el Partido Progresista Democrático (PDP) y el Kuomintang (KMT).
Las maniobras comenzaron en una base de Hsinchu, en el norte de la isla, con el despliegue de tanques CM-11, que están siendo reemplazados por Abrams M1A2T adquiridos a Estados Unidos. Entre las actividades destacadas se encuentra la presentación del sistema antimisiles Patriot III, diseñado para contrarrestar amenazas estratégicas provenientes de China.
Los ejercicios continuarán el jueves con maniobras antisubmarinas frente a Kaohsiung, el puerto más grande de Taiwán, considerado clave para el reabastecimiento en caso de un conflicto.
Durante la primera jornada, participaron vehículos terrestres y aéreos, incluidos helicópteros Apache y Black Hawk de fabricación estadounidense. Los simulacros recrearon ataques enemigos y la posterior recuperación de posiciones, utilizando drones para identificar al adversario y armamento pesado como helicópteros de ataque y morteros.
En paralelo, la Fuerza Aérea llevó a cabo simulacros de despegue de emergencia con sus cazas IDF en la base aérea de Taichung. Los pilotos lograron activarlos y despegar en cinco minutos, un detalle crucial frente a la posibilidad de un ataque sorpresa por parte de China.
Estas maniobras buscan reafirmar la preparación y coordinación del ejército taiwanés, en un momento en que las tensiones geopolíticas y los retos internos colocan la defensa nacional como una prioridad estratégica.