Investigadores de la Universidad Técnica de Darmstadt, Alemania, y de la Universidad de Roskilde, Dinamarca, han desafiado nuestra comprensión convencional del tiempo con un reciente estudio publicado en *Nature Physics*. El hallazgo sugiere que, en ciertos materiales como el vidrio y algunos plásticos, las moléculas pueden experimentar movimientos reversibles en el tiempo, un fenómeno que pone en cuestión la dirección unidireccional del tiempo a nivel molecular.
En la vida cotidiana, experimentamos el tiempo como un flujo unidireccional, en parte debido a la segunda ley de la termodinámica, que establece que la entropía en un sistema tiende a aumentar. Esto explica por qué, por ejemplo, una taza rota no se reconstruye espontáneamente. Sin embargo, las ecuaciones físicas fundamentales, como las de Newton y la de Schrödinger, no distinguen entre el pasado y el futuro, lo que lleva a la pregunta de por qué el tiempo parece moverse solo en una dirección.
El estudio actual revela que en materiales como el vidrio, las moléculas pueden mostrar fluctuaciones reversibles. Utilizando una cámara de alta sensibilidad, el equipo de investigación observó cómo la luz láser dispersa patrones de interferencia que indicaban fluctuaciones moleculares sin preferencia temporal. Este fenómeno, denominado «tiempo material», sugiere que el tiempo a nivel molecular puede fluir a un ritmo diferente, dependiendo de la velocidad de reorganización de las moléculas.
A pesar de este descubrimiento, los investigadores liderados por Till Böhmer subrayan que estas fluctuaciones moleculares no implican la reversibilidad del proceso de envejecimiento global. Los materiales siguen envejeciendo y acercándose a un estado de equilibrio dictado por la entropía general del sistema. El proceso de envejecimiento, por tanto, no se ve afectado por estas oscilaciones moleculares.
Este hallazgo abre nuevas preguntas sobre si la reversibilidad temporal podría ser común en otros materiales y cómo este «reloj interno» varía entre diferentes sustancias. Además, plantea la posibilidad de nuevas teorías que puedan vincular el envejecimiento material con principios fundamentales de la física.