El ex tesorero de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), Arturo Guzmán, expuso en una reciente entrevista los problemas estructurales y financieros que enfrenta el organismo, entre ellos la imposibilidad de despedir al técnico de la selección chilena, Ricardo Gareca, debido a las altas indemnizaciones que implicaría su contrato vigente hasta 2025. «Es financieramente inviable, por lo que hay que pagar por todo el contrato», expresó Guzmán al medio El Mercurio.
Tras cuatro años en la ANFP, Guzmán renunció, argumentando que el organismo carece de un adecuado sistema de gobierno corporativo. Según el ex tesorero, la ANFP depende de un directorio compuesto por un presidente remunerado, Pablo Milad, y seis miembros que no reciben compensación, lo que a su juicio dificulta la gestión efectiva. «Con ese esquema, ni Elon Musk podría trabajar unido a todos», señaló Guzmán, criticando la falta de alineación entre los clubes.
Guzmán también indicó que la estructura interna de la ANFP promueve intereses divididos entre los 33 presidentes de clubes, quienes actúan sin objetivos estratégicos compartidos. “En el Consejo de Presidentes, cada dueño de club remaba para su lado. Eso se evidencia en los numerosos juicios contra la ANFP”, explicó.
Otro problema que mencionó Guzmán fue la centralización de las funciones y la dispersión geográfica de los directores, lo que considera un obstáculo para una gestión eficiente. «Milad está muy solo. Hay directores que viven en diferentes regiones, incluso fuera de Chile», comentó.
Como solución, Guzmán propone separar la liga profesional de la Federación, un modelo que, asegura, ha sido adoptado por varios países asociados a FIFA. Según el ex directivo, existen condiciones financieras para esta separación, ya que actualmente la ANFP sostiene instalaciones como los centros de entrenamiento de Pinto Durán sin recibir aportes de la Federación. También subrayó la importancia de que el arbitraje dependa de la Federación para mantener la transparencia en la gestión.
Finalmente, Guzmán señaló que los torneos juveniles deberían ser financiados por los clubes, al igual que en otros países sudamericanos. Destacó la pérdida significativa de ingresos que ha sufrido la ANFP, reduciéndose de 120 a 60 millones de dólares en recursos provenientes de la selección, lo cual ha impactado aún más la situación financiera de la organización.