El Gobierno de Estados Unidos anunció un nuevo paquete de restricciones tecnológicas dirigido a frenar la capacidad de China para desarrollar microchips avanzados, esenciales para aplicaciones militares y de inteligencia artificial. La medida incluye la incorporación de 140 empresas chinas a la «lista de entidades», una lista negra que prácticamente bloquea la exportación de ciertos chips y maquinaria desde Estados Unidos y otros países, al exigir licencias de exportación casi imposibles de obtener.
Este es el tercer gran paquete de restricciones implementado bajo la administración de Joe Biden, con el objetivo de limitar el acceso de China a tecnologías avanzadas. Las nuevas medidas llegan poco antes de que Biden entregue la presidencia el 20 de enero de 2025 a Donald Trump, quien se espera continúe con políticas similares hacia Pekín.
En respuesta, el Ministerio de Comercio de China calificó estas restricciones como «coerción económica», acusando a Estados Unidos de interferir en el comercio global y de abusar del concepto de seguridad nacional. Pekín señaló que estas acciones amenazan la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales, además de perjudicar al sector mundial de los semiconductores, incluidas las empresas estadounidenses.
China prometió tomar medidas necesarias para proteger sus derechos e intereses, destacando que estas restricciones dificultan los intercambios comerciales normales y afectan seriamente las reglas del mercado. La tensión tecnológica entre ambas potencias sigue escalando, con consecuencias significativas para el comercio y la innovación global.