El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, reafirmó este miércoles su oposición a cualquier pacto de cese al fuego con el grupo islamista Hamás, a pesar de la creciente presión internacional y las demandas de las familias de los rehenes que aún permanecen cautivos en Gaza.
En un mensaje publicado en la red social X, el ultranacionalista Ben Gvir afirmó estar «trabajando para detener las negociaciones con Hamás», mientras Israel atraviesa su cuarto día consecutivo de manifestaciones en favor de una tregua que facilite la liberación de los 97 rehenes que siguen en poder del grupo. De estos, al menos una treintena habrían muerto.
Ben Gvir, conocido por sus posturas antiárabes y su apoyo al supremacismo judío, abogó además por «detener el suministro de combustible y electricidad» a Gaza, una región que enfrenta una devastadora crisis humanitaria tras casi 11 meses de guerra. El conflicto ha dejado más de 40.800 muertos, 94.300 heridos, 10.000 desaparecidos y 1,9 millones de desplazados.
El ministro subrayó que Israel debe «aplastar [a Hamás] hasta que se rindan», argumentando que «Israel no negocia con asesinos». Su postura contrasta con la creciente presión internacional y las negociaciones lideradas por Estados Unidos, Catar y Egipto, que buscan un cese al fuego, aunque estas han quedado estancadas.
La oposición a un acuerdo de tregua también se ha visto intensificada tras el hallazgo de los cadáveres de seis rehenes en un túnel de Gaza el pasado sábado, quienes, según la autopsia oficial, fueron asesinados a corta distancia por miembros de Hamás. Este hecho ha avivado las protestas de los familiares de los rehenes, quienes este miércoles se concentraron en Tel Aviv frente a la sede del partido Likud, liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, exigiendo la liberación de los cautivos.
En paralelo, Israel enfrenta presiones internacionales para detener la guerra, mientras las negociaciones con Hamás se encuentran en un punto muerto. Hamás ha demandado un cese al fuego definitivo y la retirada de las tropas israelíes de la Franja, incluyendo la frontera con Egipto, conocida como el Corredor de Filadelfia. No obstante, Netanyahu ha reiterado que las fuerzas israelíes no abandonarán esta línea divisoria, a la que considera «el tubo de oxígeno de Hamás» debido al tráfico de armas.
