Las tropas israelíes parecían haberse retirado del campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, tras más de una semana de operaciones militares que dejaron decenas de muertos y una importante destrucción. La retirada, vista por testigos en la madrugada del viernes, sigue a la incursión más letal de Israel en la región desde el inicio del conflicto con Hamás.
El Ejército israelí, que no ha emitido aún un comunicado oficial, llevó a cabo esta operación con el objetivo de frenar los recientes atentados contra civiles israelíes, apuntando a insurgentes en varios campos de refugiados, incluidos Yenín, Tulkarem y Al-Faraa. Los enfrentamientos resultaron devastadores para los civiles palestinos, que sufrieron cortes en los suministros de agua y electricidad.
La operación se desarrolló en medio de un conflicto más amplio con Hamás, que comenzó en octubre de 2023, y que ha dejado miles de muertos tanto en Israel como en Gaza. A pesar de la creciente presión internacional para un alto el fuego, Israel insiste en mantener el control sobre el Corredor Filadelfia, complicando las negociaciones para la paz.