El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el pasado domingo la imposición de un arancel del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio al país. La medida, que fue concretada al día siguiente, ha generado gran expectación en la economía argentina, pues afectará de manera directa las exportaciones del país.
Trump detalló que Argentina no quedará exenta de este aumento de aranceles, basándose en que la balanza comercial entre ambas naciones presentó un leve déficit el año anterior. Esta decisión impactará las exportaciones argentinas en aproximadamente 600 millones de dólares, especialmente en los sectores de acero y aluminio.
La medida supone un revés para la estrategia del presidente argentino, Javier Milei, quien viajará la próxima semana a Estados Unidos para participar en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). A pesar de los desafíos, Milei ha expresado su intención de negociar un acuerdo de libre comercio con Washington, aunque economistas y diplomáticos han advertido sobre la falta de complementariedad entre las economías de ambos países.
Trump, al anunciar la medida, explicó que «con Argentina tenemos un pequeño déficit, como con casi todos los países, no así con Australia, que nos compra muchos aviones». Este anuncio recuerda a la medida similar tomada en 2018 por el expresidente, cuando se impuso un 25% de arancel al acero y un 10% al aluminio, pero en esa ocasión la gestión de Mauricio Macri logró un acuerdo de exención para Argentina.
El especialista en comercio exterior, Federico Vacarezza, analizó los posibles efectos económicos en una entrevista con CNN Radio Argentina. Según Vacarezza, aunque los productos argentinos seguirán siendo comprados por Estados Unidos, la medida tendrá un impacto en la inflación estadounidense. «Esto le pega a todos por igual», afirmó, anticipando consecuencias globales por el aumento de los aranceles.
