China dio por concluidas sus maniobras militares alrededor de Taiwán, denominadas «Espada Unida 2024B», en las que simuló el bloqueo y la toma de control de puertos y áreas estratégicas de la isla. Los ejercicios, que incluyeron el portaaviones Liaoning, tropas de tierra, mar y aire, así como el disparo de cohetes y el sobrevuelo de más de 100 aviones de combate, fueron calificadas como «irracionales» por el gobierno taiwanés.
Estos simulacros, que superan en magnitud los realizados en mayo, son interpretados por analistas como una amenaza directa, en respuesta a las declaraciones del presidente taiwanés William Lai, quien afirmó que China «no tiene derecho a representar» a la isla, describiéndola como una tierra de «libertad» y «democracia». Por su parte, el Comando del Teatro Oriental de Operaciones del Ejército chino advirtió que la reunificación es «inevitable» y que los intentos de división serán «aniquilados».
Según el Ministerio de Defensa de Taiwán, los ejercicios involucraron 125 aviones y 17 buques de la Armada china, además de otras embarcaciones oficiales. Estas maniobras han generado preocupación en Estados Unidos y Japón, países que han expresado su inquietud por el riesgo de que las tensiones escalen. Washington calificó los ejercicios como «provocaciones injustificadas», mientras que Japón, a través del primer ministro Shigeru Ishiba, destacó la importancia de la paz en el estrecho de Taiwán, y aseguró que su país se mantiene en alerta ante cualquier eventualidad.