Este martes, Corea del Norte llevó a cabo la destrucción de varios tramos de carreteras que conectan su territorio con Corea del Sur, lo que provocó una respuesta por parte del Ejército surcoreano, que realizó disparos hacia el sur de la frontera tras detectar las explosiones. Según el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS), las detonaciones ocurrieron alrededor del mediodía en las vías de Gyeongui y Donghae, en la Línea de Demarcación Militar.
Pionyang había anunciado la semana pasada su intención de cortar las conexiones terrestres y ferroviarias con el Sur y de fortificar estas zonas, en línea con una enmienda constitucional reciente que redefine las fronteras nacionales bajo la dirección del líder Kim Jong-un. El JCS surcoreano informó que ha reforzado su postura de vigilancia y alerta ante los movimientos del Norte.
El Ministerio de Unificación de Corea del Sur condenó firmemente la destrucción de las infraestructuras, calificándola como una «clara vulneración del acuerdo intercoreano». Asimismo, recordó que Corea del Norte aún tiene la obligación de devolver los créditos que Seúl proporcionó para financiar esas infraestructuras.
El corte de vías de transporte ocurre en un momento de incremento de las tensiones en la península, con Pionyang acusando a Seúl de enviar drones con propaganda a su territorio y amenazando con responder con fuego de artillería si se repiten estos incidentes. Corea del Norte justifica estas acciones como una medida de «autodefensa» y un bloqueo permanente contra el Sur, al que ha declarado como su principal enemigo en una reciente enmienda constitucional.