Un estudio reciente realizado con datos de nueve países ha identificado el abuso político como un fenómeno global y transversal en la plataforma X (antes conocida como Twitter). La investigación, publicada en la revista *Nature Communications*, concluye que los usuarios políticamente activos abusan de sus adversarios de manera similar, independientemente de si pertenecen a la izquierda o la derecha, dejando poco espacio para los moderados.
El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Londres y el Instituto Alan Turing, analizó 375 millones de tuits publicados en septiembre de 2022, vinculándolos con interacciones de más de 1.800 políticos activos en X. Los resultados mostraron que los mensajes dirigidos a adversarios políticos son sistemáticamente más tóxicos que aquellos dirigidos a aliados, destacando una tendencia global a la polarización afectiva, donde los sentimientos hacia los oponentes políticos son marcadamente negativos.
El informe también subraya que, aunque se han estudiado las cámaras de eco en las redes sociales, X fomenta interacciones entre grupos opuestos. Sin embargo, estas interacciones suelen ser abusivas, reflejando una sociedad en la que «el otro» es visto como un enemigo político más que como un interlocutor válido.
### Medios abandonan la red social por su ambiente «tóxico»
La publicación de este estudio coincide con la decisión de medios como *The Guardian* y *La Vanguardia* de abandonar sus cuentas oficiales en X. Ambos periódicos han argumentado que la plataforma se ha convertido en un espacio tóxico, lleno de desinformación, teorías conspirativas y discursos de odio desde la llegada de Elon Musk.
*The Guardian* explicó que su decisión responde a la necesidad de priorizar la promoción de su periodismo en espacios menos conflictivos, mientras que *La Vanguardia* calificó a X como una «red de desinformación». A pesar de la suspensión de sus cuentas, ambos medios permitirán a sus periodistas seguir utilizando la plataforma bajo lineamientos éticos y de respeto a los derechos humanos.
Este panorama refleja las crecientes preocupaciones sobre el impacto de X en el discurso público y la necesidad de repensar el uso de redes sociales en el ámbito político y periodístico.
