El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó el primer ataque de Ucrania con misiles balísticos de largo alcance ATACMS, fabricados en Estados Unidos, contra una instalación militar en la región fronteriza de Briansk. Según el informe oficial, cinco de los misiles fueron interceptados por sistemas antiaéreos S-400 y Pantsir, mientras que un sexto impactó en el recinto militar, provocando un incendio que fue rápidamente controlado sin causar víctimas ni daños significativos.
El ataque, que ocurrió a las 03:25 hora local, fue reconocido por fuentes militares ucranianas citadas por medios locales, quienes aseguraron que el objetivo fue alcanzado con éxito. Según Andrí Kovalenko, integrante del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, el blanco era un arsenal que almacenaba municiones de artillería, bombas guiadas, misiles antiaéreos y cohetes.
Este incidente marca un punto crítico en el conflicto, ya que Kiev llevaba meses solicitando misiles occidentales de largo alcance para atacar objetivos en territorio ruso. Aunque inicialmente Estados Unidos y sus aliados negaron la autorización por temor a una escalada en la guerra, el presidente Joe Biden habría dado luz verde a estos ataques el pasado domingo, limitándolos a objetivos en regiones fronterizas.
El Kremlin advirtió previamente que cualquier ataque con armas occidentales en su territorio sería interpretado como una entrada directa de la OTAN en la guerra. Esto ha generado preocupación sobre posibles represalias, incluida la amenaza de una respuesta nuclear por parte de Rusia, que podría cambiar la naturaleza del conflicto en curso.
