La posibilidad de que Corea del Norte envíe soldados para apoyar a Rusia en la guerra contra Ucrania ha generado un intenso debate sobre las implicaciones multilaterales del conflicto. Diversas fuentes indicaron que Pionyang estaría preparando el despliegue de tropas, lo que incrementaría las tensiones en la región y complicaría el escenario bélico.
Mientras los medios ucranianos y surcoreanos difieren en las cifras, algunas estimaciones sugieren que Corea del Norte podría enviar entre cientos y hasta 12.000 soldados para reforzar las líneas rusas. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha advertido sobre este posible despliegue, calificándolo como un «primer paso hacia una guerra mundial». Por su parte, Rusia ha desestimado los informes, tildándolos de falsos, mientras que Corea del Norte ha mantenido silencio al respecto.
Expertos señalan que el ejército ruso, que ha experimentado un número récord de bajas, podría estar recurriendo a esta medida para compensar sus carencias en el frente. John Erath, del Centro para el Control de Armas y la No Proliferación de Washington, argumenta que Rusia podría estar buscando reemplazar a sus soldados con tropas norcoreanas para reducir las pérdidas rusas.
Por otro lado, Pionyang podría obtener beneficios económicos y militares, fortaleciendo su posición en la cooperación con Moscú. Los analistas sugieren que Corea del Norte podría recibir apoyo ruso en tecnología militar y energética, además de consolidar su relación con los BRICS.
Este eventual despliegue tendría repercusiones significativas tanto en Ucrania como en Corea del Sur. Zelenski podría utilizar este movimiento para aumentar el apoyo internacional y acelerar la adhesión de Ucrania a la OTAN. En Seúl, un despliegue de tropas norcoreanas en Ucrania podría llevar al gobierno surcoreano a reconsiderar su postura de no suministrar armas letales a países en conflicto, intensificando la tensión en la península coreana.