El Ejército ruso afirmó haber destruido cuatro baterías antiaéreas Patriot de fabricación estadounidense durante un ataque combinado contra Kiev, en respuesta a los recientes bombardeos ucranianos en territorio ruso. Este ataque sigue a las advertencias del presidente Vladímir Putin, quien el jueves amenazó con dirigir misiles hipersónicos contra la capital ucraniana.
Según el Ministerio de Defensa ruso, el operativo también eliminó una lanzadera HIMARS, cinco estaciones de lucha radioelectrónica y seis arsenales de munición. Además, destacaron que la acción fue una represalia directa al uso de misiles de alta precisión occidentales por parte de Ucrania, que el miércoles atacó una planta química en Rostov, región fronteriza con Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que Rusia responderá a cada ataque ucraniano con contundencia. «El presidente dijo que cada vez habrá respuesta», reiteró, justificando el uso de misiles balísticos e hipersónicos como represalia.
Ucrania, por su parte, informó que Rusia lanzó ocho misiles Kinzhal sobre Kiev, causando la muerte de una persona y daños significativos en edificios e infraestructuras. También se habrían empleado misiles Iskander-M y KN-23, estos últimos suministrados por Corea del Norte, según la Administración Militar de Kiev.
Putin aprovechó su conferencia de prensa anual para desafiar a Estados Unidos a un «duelo» entre sus misiles hipersónicos Oréshnik y los sistemas antimisiles occidentales, señalando que Kiev sería el escenario de este enfrentamiento. Mientras las tensiones aumentan, el conflicto parece escalar a un nivel de enfrentamiento tecnológico y estratégico sin precedentes.