Dos nuevos tiroteos han conmocionado a Estados Unidos en una semana marcada por la creciente violencia armada. El control de armas, especialmente las automáticas, sigue siendo un tema políticamente divisivo y sin solución concreta.
El primer incidente ocurrió el lunes en el Abundant Life Christian School, un colegio privado en Madison, Wisconsin. Una estudiante de 15 años abrió fuego contra un compañero y un profesor antes de suicidarse. La tragedia dejó consternada a la comunidad educativa y reavivó los llamados a abordar la violencia armada. La alcaldesa de Madison, Satya Rhodes-Conway, instó a mejorar los esfuerzos para prevenir este tipo de hechos, mientras que el jefe de policía Shon Barnes confirmó múltiples víctimas en el lugar.
El segundo suceso tuvo lugar el martes por la noche en Towson, Baltimore, donde un tiroteo dejó un muerto y nueve heridos. La policía encontró un vehículo en llamas y múltiples víctimas en la escena, según informó el jefe policial del condado, Robert McCullough.
Estas tragedias han puesto nuevamente en el debate público el acceso a las armas en un país donde la Segunda Enmienda de la Constitución garantiza su portación. Según datos de The Gun Violence Archive, en lo que va del 2024, más de 16.000 personas han muerto por armas de fuego, incluyendo 491 tiroteos masivos y 83 ataques en instituciones educativas.
El presidente Joe Biden se pronunció tras los hechos en Wisconsin, calificándolos como «impactantes e inaceptables». Llamó al Congreso a aprobar medidas urgentes como la verificación universal de antecedentes, la prohibición de armas de asalto y una ley nacional de bandera roja. Aunque Biden destacó avances bajo su administración, señaló que el cambio legislativo es imprescindible para detener la violencia armada.
Pese a los esfuerzos políticos, los tiroteos masivos han aumentado constantemente desde 2013, con un promedio cercano a dos por día en 2023. La falta de consenso entre demócratas y republicanos sobre la regulación del armamento complica cualquier intento de frenar esta tendencia al alza, dejando al país enfrentado a una crisis que parece no tener fin.