El gobierno de Estados Unidos confirmó haber realizado un ataque aéreo de precisión contra instalaciones de los rebeldes hutíes en las afueras de Saná, Yemen, en una operación destinada a «degradar las capacidades operativas» del grupo insurgente. El Comando Central del Ejército estadounidense (Centcom) detalló que los objetivos incluyeron una instalación de almacenamiento de misiles y un centro de comando operado por los hutíes, con el objetivo de prevenir futuros ataques contra buques en el mar Rojo.
La acción, en la que participaron aviones F-18 de la Fuerza Aérea y la Marina estadounidense, se produce en un contexto de crecientes tensiones en la región. Los hutíes, respaldados por Irán, han intensificado sus ataques contra barcos asociados con Israel y han lanzado proyectiles hacia territorio israelí en solidaridad con Gaza, en el marco del conflicto en la Franja.
El Ministerio de Información del gobierno de Saná respondió al ataque mediante un mensaje en Telegram, acusando a Estados Unidos de no aprender de sus errores y advirtiendo sobre futuras «humillaciones» a manos de los yemenitas.
Este bombardeo ocurre tres días después de que Israel atacara puertos en Yemen tras un ataque hutí contra territorio israelí. Los rebeldes reivindicaron hoy mismo el lanzamiento de un misil balístico contra Tel Aviv, que dejó más de una decena de heridos.
Por su parte, ni Estados Unidos ni Reino Unido han emitido declaraciones adicionales sobre su participación en los recientes ataques, aunque ambos lideran una coalición naval en el mar Rojo que ha enfrentado a los hutíes en múltiples ocasiones. La situación en la región sigue siendo altamente volátil, con constantes enfrentamientos y represalias entre las distintas partes.