El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó esta tarde una resolución impulsada por Estados Unidos sobre el conflicto en Ucrania, luego de que el mismo texto fuera rechazado más temprano en la Asamblea General. La resolución, una de las más breves en la historia reciente del organismo, evita mencionar términos como “invasión” o “guerra”, limitándose a calificar la situación como un “conflicto entre Ucrania y la Federación de Rusia” e instando a una “paz duradera”.
El documento recibió el apoyo de diez países, incluidos Rusia, China y los representantes africanos y asiáticos en el Consejo, mientras que las cinco naciones europeas optaron por la abstención. Francia y el Reino Unido, que tenían la posibilidad de vetar la resolución, decidieron no ejercer ese derecho.
Durante la sesión, tanto Reino Unido como Francia expresaron enérgicamente la necesidad de diferenciar entre agresor y agredido en Ucrania y de incluir en el texto un llamado al respeto por la soberanía e integridad territorial del país. Sin embargo, ninguna de estas propuestas fue incorporada en la resolución final. Intentos de modificación por parte de Rusia y otros cinco países tampoco lograron los votos suficientes para ser aprobados.
El resultado en el Consejo de Seguridad contrasta con la derrota sufrida por Estados Unidos en la Asamblea General horas antes, cuando el texto fue modificado por enmiendas pro-Ucrania y perdió apoyo. La votación representa un respaldo a la nueva estrategia del presidente Donald Trump en relación con el conflicto, distanciándose de la postura que predominó en los últimos años.
La rapidez con la que se sometió la resolución al Consejo, apenas días después de su anuncio, generó tensiones entre los aliados occidentales. Francia y el Reino Unido habían solicitado tiempo adicional para negociaciones, pero Washington rechazó la propuesta.
Lo ocurrido este lunes refleja la creciente fractura entre Estados Unidos y sus tradicionales aliados europeos, con quienes ya mantiene disputas en temas como aranceles, reclamaciones territoriales y políticas de injerencia. Además, marca un cambio respecto a 2022 y 2023, cuando las resoluciones pro-Ucrania contaron con un respaldo mayoritario en la ONU.
Dado que las resoluciones del Consejo de Seguridad son vinculantes, a diferencia de las de la Asamblea General, su impacto a futuro podría ser significativo, aunque aún no está claro cómo influirá en la evolución del conflicto y en la postura internacional sobre la guerra en Ucrania.
