Chile vive días extraños y peligrosos para su democracia. A la vergonzante acción de la Cámara de Destituir al valiente Juez Sergio Muñoz , por ordenar a las Isapres no seguir abusando y descubrir donde escondió Pinochet el dinero hurtado a Chile, junto a la Jueza Vivanco, de evidente acciones corruptas y abusivas, se suma que se había conocido el caso del abogado Hermosilla y su estela de corrupción, la más profunda en el poder judicial, y sus alcances con los ricos y poderosos. Como dejar de lado la Sinvergüenzura y arrogancia de Marcela Cubillos y de la Universidad San Sebastián que pagaba y de ella que recibía 17 millones de pesos por hacer nada. La oligarquía chilena y sus abusos se mostraron en toda su extensión y vulgaridad.
Y ahora el caso Monsalve , con lo complejo y aberrante en lo humano , ético y político.
Nuestros poderosos, nuestras oligarquías, nuestras élites cruzan todos los límites.
Ahora , no digan que no ven venir la decepción, la irritación, la molestia, la ira del pueblo de Chile y sus territorios y regiones .
Entonces por que creer en ellas y ellos, si los actos de las élites de los poderosos son tan ineficientes y tan reñidos con lo correcto, porque tenemos que permitir que sigan a cargo de nuestro país , porque mantener el actual estado de Chile, no queremos sus AFP , sus Isapres , sus negocios groseros de las universidades privadas, no más arreglos en las distintas salas de la cortes judiciales, no más parlamentarios arrogantes y sin contacto con la ciudadania, que las autoridades locales sigan con el clientelismo, no más mandos medios sin competencias y que viven a costa del cambio de cargos, nunca más puede ocurrir actos tan turbios como los de Monsalve .
Como decía los ateniense de la época clásica , » La exigencia indiscutible de toda democracia es fomentar un mayor nivel de educación y conciencia cívica para hacer realidad una democracia genuina de justicia social y económica y de un buen Gobierno». .
Guillermo Cortés Lutz
Doctor en Historia
Grupo de Estudios de Atacama GEA