El arzobispo de Santiago, Fernando Chomali, fue investido como cardenal de la Iglesia Católica en una ceremonia presidida por el papa Francisco en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Chomali se unió a otros 20 prelados en el décimo consistorio del pontífice, adquiriendo el rol de consejero del Papa y la facultad de participar en el cónclave para elegir al próximo sucesor de San Pedro.
En sus primeras declaraciones como cardenal, Chomali expresó su compromiso de servir a la Iglesia anunciando el evangelio y trabajando por la fraternidad humana, con énfasis en combatir las injusticias, la violencia y la guerra. Asimismo, destacó el esfuerzo de la Iglesia chilena en abordar los casos de abuso y encubrimiento que han marcado su historia reciente.
No obstante, su nombramiento generó críticas. James Hamilton, denunciante de los abusos del sacerdote Fernando Karadima, señaló que la autocomplacencia en los avances realizados refleja una falta de empatía hacia las víctimas que aún no reciben reparación adecuada.
Chomali se convirtió en el noveno cardenal chileno, uniéndose a una lista de figuras destacadas como José María Caro, Raúl Silva Henríquez y Celestino Aós. Actualmente, Chile cuenta con dos cardenales electores para futuros cónclaves.
Desde el Gobierno, el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde, felicitó al nuevo cardenal y destacó el respeto por la libertad de culto en el país, subrayando que su nombramiento representa un motivo de orgullo para Chile.