Preocupación existe en los productores y exportadores de cerezas por el efecto de la mayor producción de esta fruta, que es un alimento destacado en los festejos del Año Nuevo Chino por su color rojo, asociado a la prosperidad en el gigante asiático.
Ya a fines de noviembre el embajador de China en Chile, Niu Qingbao, en el lanzamiento de la temporada de exportación 2024-2025, decía que las cerezas son «un vínculo único de amistad» entre Pekín y Santiago, con beneficios para agricultores, compañías de transporte marítimo y para los consumidores chinos en las fiestas.
El 29 de enero comienza el Año Nuevo Chino. ¿Qué ha ocurrido entonces? El aumento histórico de la producción de 59%, con casi 658.000 toneladas exportadas, ha copado el mercado chino, generando una caída en los precios en el país asiático.
«Es un año que marca un antes y un después», aseveró el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, quien dijo que están «monitoreando lo que ocurre con el mercado de las cerezas, especialmente en China».
«Todos sabemos que más del 90% del volumen de la cereza va al mercado chino. Este año vamos a exportar 115 millones de cajas de cereza, lo que es un volumen bastante mayor al año anterior y, cuando aumenta la oferta, disminuyen los precios«, señaló el exministro de Agricultura.
Añadió que «es una industria que tiene un tremendo impacto en la economía local de las distintas regiones y hacemos un llamado, como Sociedad Nacional de Agricultura, a hacer una profunda reflexión respecto de cómo vamos a enfrentar el futuro de la cereza».
«Tenemos que unirnos como industria para enfrentar el futuro con un producto de excelencia. Estoy seguro de que vamos a aprender la lección, porque esta es una especie que tiene que abrirse a otros mercados», indicó el líder de la SNA, que ya piensa en nuevos destinos en Europa, Estados Unidos, América Latina, la India, los países del Asean, Medio Oriente y el Norte de África.