
Cerca del 40% de la población mundial no duerme lo suficiente, lo que afecta directamente su salud, aumenta el riesgo de accidentes e impacta su rendimiento laboral. Esto toma especial relevancia en sectores industriales como la minería, la construcción o el transporte, donde un error puede poner en peligro a trabajadoras y trabajadores.
Este 14 de marzo se conmemora un nuevo Día Mundial del Sueño, cuyo eslogan, «Make Sleep Health a Priority» (prioriza la salud del sueño), se da por una sencilla razón: un buen dormir tiene un impacto directo en la salud de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 40% de la población mundial no duerme lo suficiente, lo que afecta no solo el bienestar general, sino también la seguridad y el desempeño en el trabajo. Estudios recientes han demostrado que dormir menos de seis horas por noche puede reducir la productividad hasta en un 20%, y triplicar el riesgo de sufrir un accidente laboral.
En este sentido, el descanso juega un rol fundamental en la salud ocupacional, ya que la falta de sueño afecta funciones cognitivas esenciales como la memoria, la concentración y el tiempo de reacción, lo que puede derivar en errores y accidentes. Así lo confirma Gonzalo Blanco, director médico técnico Workmed, quien señala que “en industrias de alto riesgo, una trabajadora o un trabajador privados de sueño, son más propensos a cometer errores que pueden poner en peligro su vida y la de otros”.
No dormir bien tiene consecuencias a largo plazo en la salud. Se ha demostrado que la privación del sueño aumenta el riesgo de enfermedades como hipertensión, obesidad, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. También se relaciona con mayores niveles de ansiedad, depresión y estrés, afectando el bienestar emocional de los trabajadores y, en consecuencia, su rendimiento en el día a día.
“Dado que el sueño es un factor determinante en el desempeño laboral, las empresas deben fomentar hábitos que ayuden a mejorar la calidad del descanso de sus trabajadores”, dice el profesional de la salud. “La higiene del sueño es un conjunto de prácticas que contribuyen a un mejor descanso y que pueden implementarse tanto a nivel individual como organizacional. dormir bien no es un lujo, es una necesidad biológica. Priorizando el sueño, no solo mejoramos nuestra salud y calidad de vida, sino que también contribuimos a un entorno laboral más seguro, eficiente y productivo”.
Al respecto, el director médico técnico de Workmed recomienda, entre otras cosas:
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Evitar el uso de pantallas antes de dormir, ya que la luz azul de dispositivos electrónicos interfiere con la producción de melatonina.
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Reducir el consumo de cafeína y alcohol, especialmente en las horas previas al descanso.
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Establecer horarios regulares de sueño, incluso los fines de semana, para regular el reloj biológico.
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Promover pausas activas y una jornada laboral equilibrada, evitando sobrecargas de trabajo que impidan un descanso adecuado.
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Fomentar espacios de descanso adecuados en el entorno laboral, especialmente en trabajos con turnos rotativos.
En Chile, donde sectores como la minería, la construcción y el transporte requieren altos niveles de concentración y seguridad, “es fundamental que trabajadoras y trabajadores incorporen hábitos de sueño saludables en su rutina diaria. Dormir bien no solo impacta la salud individual, sino que también mejora la productividad y reduce el riesgo de accidentes en el entorno laboral. La promoción de una cultura organizacional que valore la higiene del sueño no solo beneficiará a cada persona, sino que contribuirá a entornos laborales más seguros, eficientes y sostenibles en el país”, concluye Blanco.