La Municipalidad de Colchane alertó sobre la presencia de decenas de migrantes, principalmente venezolanos y colombianos, varados en la frontera entre Chile y Bolivia. Estas personas ingresaron al país por pasos no habilitados y enfrentan la imposibilidad de movilizarse a Iquique o abandonar el territorio debido a la falta de documentación legal.
La crisis se ve agravada por las condiciones climáticas extremas de la zona, con temperaturas que oscilan entre los 30 grados durante el día y valores bajo cero por la noche. Entre los afectados se encuentran niños, niñas y adolescentes, lo que incrementa la vulnerabilidad del grupo. George Vargas, uno de los migrantes varados, denunció que el alto costo del transporte irregular, que asciende a 50.000 pesos, les impide desplazarse hacia Iquique. Además, mencionó que hay personas enfermas y una con una lesión en la pierna, sin posibilidad de atención médica o traslado.
La situación se agudizó tras el cierre del albergue en Colchane, utilizado anteriormente para atender a migrantes, debido a obras de mejoramiento en el complejo fronterizo. Según Marcela Fernández, gestora de la Oficina Local de la Niñez de Colchane, las restricciones impuestas por las autoridades dificultan la movilidad de las familias, lo que genera un ambiente de riesgo para los menores presentes en el grupo.
Desde el Gobierno, la delegada presidencial del Tamarugal, Camila Castillo, afirmó que 11 adultos y tres menores, identificados en esta situación, fueron trasladados al complejo fronterizo de Colchane en coordinación con la Policía de Investigaciones y el Servicio Nacional de Migraciones. Allí se les emitió una resolución que busca regularizar su salida del territorio nacional. Sin embargo, la crisis persiste, reflejando las complejidades del manejo migratorio en la región.