El uso de tecnología en equipos como mantenedores en caliente y abatidores de temperatura son claves para garantizar la seguridad alimentaria en el sector gastronómico
Con la llegada del verano al hemisferio sur y un enero que se anticipa más caluroso de lo normal en Chile, garantizar la seguridad alimentaria se vuelve un desafío clave para los negocios gastronómicos y hogares, debido a que las altas temperaturas incrementan los riesgos asociados a la conservación de alimentos ya preparados.
“Al cocinar es recomendable no esperar tanto tiempo antes de refrigerar, sea cual sea el alimento. Existe un umbral de proliferación bacteriana que va entre los 5º hasta los 63º. La permanencia del alimento dentro de estos márgenes de temperatura por periodos de tiempo prolongados es peligrosa para la salud ya que, sumándole la húmedad como factor se amplifica la posibilidad de que parte el proceso de descomposición”, explica Francisco Barros, chef ejecutivo de Marsol
Cuando las temperaturas ambiente superan los 32°C, es crucial refrigerar los alimentos cocinados en menos de una hora para evitar la contaminación. Este manejo adecuado es clave para garantizar la seguridad alimentaria y prevenir intoxicaciones.
Tecnología al servicio de la seguridad alimentaria
En el ámbito profesional, donde se cocinan grandes volúmenes de alimentos y se deben almacenar sin perder sus propiedades nutricionales, los avances tecnológicos han transformado la manera de conservar los alimentos. Equipos como los mantenedores en caliente Evereo Unox, que permiten conservar los alimentos calientes, y los abatidores, que enfrían rápidamente, son aliados indispensables.
“Estos equipos están diseñados para mantener los alimentos cocinados a temperaturas superiores a 63°C, asegurando que permanezcan fuera del rango de proliferación bacteriana. Ideales para establecimientos que buscan garantizar tanto la seguridad alimentaria como la rapidez en el servicio”, explica el chef.
Por su parte, los abatidores de temperatura permiten un enfriamiento ultrarrápido que lleva los alimentos cocinados por debajo del umbral de peligro en cuestión de minutos, preservando sus propiedades y evitando riesgos de contaminación. “Ambos equipos trabajan en conjunto para evitar que los alimentos pasen demasiado tiempo en la zona de peligro, ayudando a los negocios gastronómicos a cumplir con los más altos estándares de seguridad alimentaria y optimizando sus operaciones”, añade Francisco Barros.
También existen técnicas como el Cook & Chill, muy utilizadas en grandes establecimientos, que permite cocinar los alimentos, enfriarlos rápidamente con abatidores, almacenarlos de manera segura y retermalizarlos justo antes de servir. “Esta metodología no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también garantiza que los alimentos se sirven con la máxima calidad y seguridad”, concluye el chef.